sábado, 10 de abril de 2010

Fuentes tipográficas en Linux y Windows

¿Alguna vez os ha pasado el crear un documento de texto formateado estupendamente y al ir a abrirlo en otro equipo, con otro sistema u otra aplicación o simplemente una versión distinta de los mismos, os encontráis con que el aspecto ha cambiado, a veces drásticamente? Las cosas ya no están en su sitio, el tipo de letra y el tamaño ha cambiado (y además a peor, siendo menos legible) y consecuentemente se ha llevado por delante la cuidadosa maquetación y el buen aspecto de vuestro documento….

El problema es el cambio de fuente (del tipo de letra). ¿Y porqué lo cambia?. Muy sencillo: las fuentes disponibles lo son generalmente a nivel de sistema, aunque el usuario puede haber instalado otras adicionales, eso sin contar con que varias aplicaciones instalan nuevas fuentes por su cuenta… Con lo cual las fuentes disponibles en cada equipo pueden ser muy distintas a las que tenga otro; seguramente el usuario tenga fuentes que ni conozca o usará una fuente para sus documentos que aunque él crea que es muy común (si llega a pensar siquiera en ello) resulta que no lo es tanto. Resultado: al abrir el documento en otro equipo, la fuente indicada en el documento no está disponible así que el programa que usemos la sustituye por otra que se supone que es parecida, con resultados que van desde lo regular hasta el desastre, pero vamos, que mejor no queda, no.

Dentro de un mismo sistema el problema se minimiza debido a que cada sistema incluye por defecto un conjunto de fuentes comunes, por lo que si usamos estas fuentes, no tendremos que preocuparnos por esto (a no ser que sean versiones distintas del sistema y una esté muy desfasada respecto a la otra). Pero claro, si cambiamos de sistema (entre GNU/Linux y Windows, por ejemplo, eso sin contar con el Mac, muy usado en diseño) la sorpresa está casi asegurada.

Resumiendo, a la hora de distribuir ampliamente un documento (p.e. colgándolo en Internet):

Proporciona SIEMPRE una versión en PDF de tu documento.

Si además necesitas que el documento sea editable:

  • Usa siempre que sea posible el formato ODT y una tipografía común en Windows (nos guste o no, el sistema más extendido hoy por hoy). Si tu sistema es GNU/Linux, acuérdate de instalar el paquete con dichas fuentes.
  • En el caso de que tu “público” sea mayoritariamente de usuarios de GNU/Linux (p.e. porque trates un tema específico de ese sistema), pues usa una de las fuentes comunes de GNU/Linux. Si deseas tener también en cuenta a los usuarios de Windows, usa DejaVu, por ejemplo.

Fuente: stoneheads.wordpress.com